El diseñador gallego presentó una colección inspirada, de nuevo, en recuerdos de su infancia: en los veranos en la casa del pueblo de su abuela donde se impregnó de los brillantes blancos de la pared de la casa, el fuerte azul de la piscina y el color dorado de las vírgenes que observava los domingos en la iglesia. El resultado de esta fuente de inspiración es esta colección llamada "Algo de mí", una colección que surge del mundo personal del diseñador pero con el que consigue crear un mundo imaginario paralelo con su toque de extravagancia, volúmenes y tejidos sumamente trabajados y detallistas.
La puesta en escena fue una pasada. Una música espiritual nos trasladó a un entorno eclesiástico mientras las modelos desfilaban lentamente con aire solemne entre los muros de la pasarela. Y, el toque final fue rompedor, puesto que la música cambió completamente mientras las modelos se retiraban y salía un tímido Bolaño a saludar con Alaska de fondo.
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